UNIVERSALISMO VERSUS COMUNIDAD



INTERCULTURALIDAD :
UNIVERSALISMO VERSUS COMUNITARISMO
n un mundo cada vez más complejo, son muchas las voces que vaticinan una inevitable confrontación entre culturas y civilizaciones. Para esta línea de pensamiento, existiría una cultura superior – la occidental – hacia la que tendrían que converger todas las demás en un esfuerzo modernizador. Sería una reedición de la clásica confrontación entre la civilización y la barbarie.   En el otro extremo nos encontraríamos las corrientes multiculturalistas para las que todas las culturas tienen idénticos derechos, sin que nada ni nadie ajena a ellas tenga poder de interferencia en su seno. Las personas se definirían en función del grupo cultural al que pertenecieran. Para los multiculturalistas, el grupo debe ser el sujeto básico de los derechos; dentro de un mismo país podrían convivir tantos sistemas de derechos como grupos culturales convivieran en su seno.   Ramón Soriano defiende en este libro una nueva tesis. Cree necesario retomar el diálogo intercultural en el que tienen que confluir tanto los liberales, aferrados a sus principios universales y transpolables a todas las culturas, como los comunitaristas, demasiado apegados a las cortas ideologías de sus comunidades locales. Hasta ahora, ni unos ni otros han dado el paso necesario. El interculturalismo se abriría paso como una tercera vía entre el liberalismo y el comunitarismo.   El libro que el lector tiene en sus manos, muy crítico con las opiniones respecto a los derechos de las culturas de pensadores consagrados –de Rawls a Habermas-,  con seguridad suscitará la polémca que acompaña a las ideas abiertas al futuro.
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Los principios del Interculturalismo
1. El principio de la igualdad de las culturas. Para el Intercultura-
lismo, no hay jerarquización de culturas: unas más meritorias que otras
sino que todas son igualmente valiosas. Se trata de situarse en un punto
medio distante para la valoración de las culturas, de vencer el
etnocentrismo que se resiste a afrontar el discurso cultural en igualdad
de condiciones en base a un prejuicio y una justificación.
2. La ética procedimental de convergencia. Soriano denomina como
ética procedimental de convergencia a una corrección importante de la
ética comunicativa habermasiana. El autor plantea aquí la ética
comunicativa corregida como método de discurso e intercambio cultu-
ral en las relaciones externas de las culturas. De este conjunto son vá-
lidas para el discurso intercultural la regla subjetiva de cooperación
(todos tienen la misma capacidad de habla, todos pueden replicar y pro-
poner, y toda propuesta debe ser argumentada) y la regla objetiva ex-
terna del discurso (en el discurso no debe haber coacciones). (Pág. 133)
3. El punto cero de partida en el intercambio cultural. La justifica-
ción de este intercambio cultural de punto cero está basado en que no
existe un universalismo apriorístico e iluminista que desprenda valores
comunes transculturales porque no hay bases epistemológicas, socioló-
gicas o antropológicas para descubrirlo.
SOBRE INTERCULTURA..
El punto cero en el intercambio cultural quiere decir que no hay re-
servas previas ni cuestiones innegociables, sino que el intercambio
discursivo se hace en todas las dimensiones y sin condiciones previas.
4. El universalismo hipotético de punto final tras el intercambio cul-
tural.
La finalidad del intercambio cultural es conseguir acuerdos asumi-
dos por el conjunto de las culturas en el proceso discursivo. Frente al
universalismo liberal de partida está el universalismo de llegada (si a
él se llega) tras la puesta en común de los puntos de vista, las razones,
las condiciones, de las ideologías de cada cultura. Sólo existe un pro-
pósito de poner en tela de juicio el propio patrimonio común cultural y
el ajeno, en un discurso racional y reglado, con el objetivo de llegar a
principios comunes al final de la discusión. (Pág.146)
Interculturalismo, entre liberalismo y comunitarismo, es un trabajo
que debe ser revisado por todos aquellos que siguen de cerca lo que se
ha llamado las “guerras del multiculturalismo” dentro de la teoría libe-
ral sobre los derechos de las minorías en las sociedades multiculturales.
Su análisis y su propuesta son valiosos para adoptar un punto de vista
crítico en los estudios de las minorías nacionales y el fenómeno jurídi-
co del dominio mediante el derecho entendido como un fenómeno cul-

tural. Es un libro de necesaria lectura.

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